Has oído hablar de MINOCA. Pero, ¿qué pasa con INOCA?

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El estudio ISCHEMIA fue el ensayo más grande jamás desarrollado sobre la enfermedad arterial coronaria crónica (EAC). Se incluyeron pacientes con sospecha de EAC y que se sometieron a una prueba no invasiva de alto riesgo. El diseño del estudio se muestra a continuación. Los pacientes que no presentaban lesiones superiores al 50% en la angiotomografía coronaria fueron excluidos del estudio y evaluados en un subestudio denominado CIAO-Isquemia. Estos pacientes fueron clasificados como portadores de INOCA (ischemia with no obstructive coronary artery disiase). Los primeros resultados de este estudio se publicaron recientemente en Circulation. En este análisis, solo se incluyeron los pacientes cuyo método para evaluar la isquemia fue el eco de estrés.

Otros estudios que evalúan un perfil similar de pacientes han sugerido que los pacientes con INOCA pueden tener un pronóstico similar al de los pacientes con enfermedad arterial coronaria obstructiva. Pero, ¿cuál es este primer análisis de CIAO-Isquemia? Vayamos a los resultados:

  • INOCA estuvo presente en el 21% de los pacientes con EAC crónica que inicialmente eran elegibles para ISCHEMIA.
  • En comparación con los pacientes del estudio ISCHEMIA, los pacientes con INOCA eran en su mayoría mujeres (2/3), más jóvenes, con menos casos de diabetes, infarto de miocardio previo o tabaquismo, además de una mayor prevalencia de depresión.
  • El dolor torácico fue el principal motivo de solicitud de ecoestrés y la mitad de los pacientes presentaba una angina considerada típica. En el 2% no hubo ningún síntoma clínico que justificara la solicitud de eco con estrés.
  • En eco estrés, la presencia de isquemia importante fue mayor en pacientes con EAC obstructiva, mientras que la isquemia de la pared anterior fue más prevalente en pacientes con INOCA.
  • En cuanto a la evolución de los pacientes con INOCA al año, la puntuación de frecuencia de la angina (SAQ) mejoró en el 43% de los pacientes y empeoró en el 14%, sin reportar angina en los últimos 30 días el 59%.
  • Después de 1 año, el ecoestrés mostró que el 68% de los pacientes tenían una reducción de al menos 2 segmentos isquémicos en el pico de estrés y en el 21% no hubo mejoría o permanecieron alterados. No hubo correlación entre esta evolución y las características de la angina.
  • La frecuencia acumulada de eventos (muerte, infarto u hospitalización por IC) fue del 2,06%, muy inferior a la observada en el estudio ISCHEMIA (6,15%).
  • En conclusión, podemos ver que es importante entender esta condición relativamente frecuente como no tan benigna como se podría imaginar, exigiendo la necesidad de seguimiento y tratamiento, que incluye el aspecto desafiante de la estenosis coronaria no existente que posiblemente podría ser tratada. Al no ser este el objetivo de este estudio, aún no conocemos con certeza el impacto de las medidas farmacológicas e incluso no farmacológicas en esta categoría de pacientes, así como la necesidad de realizar pruebas secuenciales inductoras de isquemia a largo plazo, ya que incluso sin correlación con la angina de pecho en este estudio no se ha probado el impacto en eventos futuros.