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Uso de estatinas y síntomas musculares: ¿debemos evitar el ejercicio físico?
Escrito por
Paulo Harada
Publicado em
1/4/2022
Las estatinas se encuentran entre las drogas más utilizadas en la población mundial contemporánea. Esto se debe a su consolidada e indiscutible eficacia en la prevención de eventos cardiovasculares ateroscleróticos. Sin embargo, los síntomas musculares asociados a las estatinas (SMAE) afectan a una parte no despreciable de sus usuarios, en parte a través de la disfunción mitocondrial muscular relacionada con las estatinas. Esto puede alejar a estos pacientes de la práctica de actividad física, fundamental en la prevención de eventos cardiovasculares ateroscleróticos y sus factores de riesgo. Por lo tanto, es fundamental comprender el papel de la introducción de la actividad física en el rendimiento y la fisiología muscular de los usuarios de estatinas, especialmente si difiere según el uso o no de estatinas y la presencia o ausencia de SMAE.
Allard et al analizaron esta hipótesis en un estudio de intervención, ensayando 12 semanas de actividad aeróbica y de resistencia moderada en usuarios de estatinas con y sin SMAE (16 en cada grupo) versus controles que no usaban estatinas (20 sujetos). Los desenlaces analizados fueron cambios en los parámetros de rendimiento aeróbico, resistencia muscular y mediante biopsia muscular, medición del rendimiento metabólico glucolítico, cuantificación de fibras musculares y densidad capilar, y finalmente calidad de vida. Es decir, por un lado, hubo una amplia evaluación funcional, histológica y fisiológica del músculo, pero por otro lado, hubo una limitación en el tamaño de la muestra.
La intervención consistió en 12 semanas de actividades aeróbicas (2 sesiones por semana de 40 minutos de cicloergómetro al 70-80% de la frecuencia cardíaca máxima) y de resistencia (60 minutos por semana – 3 series de 12 repeticiones de ejercicios variados para piernas y brazos). Los pacientes del estudio tenían alrededor de 65 años de edad, con poco más del doble de hombres que de mujeres en el grupo de usuarios de estatinas con y sin SMAE. El entrenamiento físico aumentó modestamente la fuerza muscular, la resistencia a la fatiga y la capilarización de las fibras indistintamente en los no usuarios de estatinas, los usuarios de estatinas sin y con SMAE. Por otro lado, la actividad de la citrato sintasa, tomada como equivalente de densidad mitocondrial, aumentó más tenuemente en los usuarios de estatinas sin SMAE en comparación con los controles (no usuarios de estatinas). El consumo máximo de O2, la capacidad de producción de ATP, el tamaño de las fibras y los síntomas musculares se mantuvieron estables en todos los grupos tras la intervención. En contraste con la mayoría de los otros resultados, los índices de calidad de vida aumentaron solo en los usuarios de estatinas con SMAE.
En resumen, un curso relativamente corto de actividades aeróbicas y anaeróbicas moderadas aumentó el rendimiento muscular y la densidad capilar muscular independientemente del uso de estatinas, así como de la presencia o ausencia de SMAE. En la evaluación de resultados secundarios, no hay empeoramiento de los síntomas musculares. Y en los usuarios de estatinas con SAME, hubo incluso una mejora en la calidad de vida. El estudio sugiere que los usuarios de estatinas que desarrollan síntomas musculares relacionados con las estatinas no deben verse privados de actividad física moderada.