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¿Tiene valor el grosor íntima-media carotidea en el seguimiento de la aterosclerosis?
Escrito por
Denis Lopes
Publicado em
30/8/2020
A pesar de todas las controversias sobre la relativa baja precisión del grosor íntima-media (GIM) como marcador de aterosclerosis, incluso resultando en la eliminación de este criterio de algunas guías de prevención primaria, algunas preguntas aún pueden debatirse: ¿Utilizar la evolución del GIM es válido demostrar que la aterosclerosis se progresando (aumento progresivo del GIM) o bien está controlada (estabilidad e incluso regresión del GIM)? bueno, eso fue demostrado por un metaanálisis reciente con más de 100 estudios aleatorizados que involucraron a más de 100,000 pacientes seguidos durante 3.7 años. En este análisis, cada reducción de 0,01 mm por año de GIM redujo de forma independiente el riesgo en un 8% de eventos cardiovasculares de forma significativa, con una reducción de hasta un 37% de los eventos en aquellos que redujeron 0,04 mm. Sin embargo, aún falta comprobar si el impacto estadístico tiene un impacto clínico correspondiente que justifique la repetición sistemática de esta prueba en todos los pacientes, incluso considerando las limitaciones que implican la pequeña diferencia entre las mediciones y el método de medición utilizado (con posible ventaja para los sistemas automatizados de medición de IMT). Lo que sí podemos afirmar es que, aun con toda la evidencia de técnicas como los puntajes de calcio coronario, la realización de un examen sencillo y accesible (Doppler USG de las arterias carótidas) sigue siendo fundamental en prevención primaria para identificar placas o engrosamientos muy alterados. (IMT> 1.4) que ya configuraría la aterosclerosis subclínica en este escenario. Con la ventaja ahora de interpretar después de este estudio que un cambio evidente en el IMT también se traduce en una redirección del timón aterosclerótico de los pacientes.
Opinión práctica
“Incluso con la orientación de las guías de prevención primaria para el uso preferencial del score de calcio coronario, la USG sigue siendo la base en este escenario por su amplia disponibilidad, bajo costo y bajo riesgo, pudiendo identificar aterosclerosis subclínica (presencia y caracterización de placas) en un porcentaje razonable de pacientes. Este metaanálisis también reaviva el uso de GIM como seguimiento, pero desde un punto de vista práctico sin mucho valor ya que una diferencia de 0.04mm es prácticamente indistinguible entre un examen y otro”.
Referencia: