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¿Qué necesita saber sobre la trombosis de la válvula aórtica?

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Trombosis de válvula protésica, todo el mundo ha oído hablar de ella. Pero, ¿Qué pasa con la trombosis de la válvula nativa? Ah, yo también he oído hablar de eso. En ocasiones hay casos de estenosis mitral en los que aparece un trombo en la aurícula izquierda que puede extenderse hasta la propia válvula. Está bien. ¿Qué pasa con la trombosis de la válvula aórtica nativa? ¿Has oído de esto?

Recientemente se publicó una revisión sistemática del tema en el Journal of the American College of Cardiology. Esta revisión mostró que las etiologías más comunes de trombosis de la válvula aórtica nativa fueron estados de hipercoagulabilidad (30%), idiopáticos (19%), resultantes de asistencia mecánica ventricular (18%), enfermedades de la raíz aórtica (17%) y enfermedades congénitas (8%). Entre los estados de hipercoagulabilidad destacan el síndrome antifosfolípido, policitemia, deficiencia de proteína C y deficiencia de proteína S.

Además, en los niños con cardiopatía congénita, la trombosis de la raíz aórtica parece estar asociada con la hipoplasia del ventrículo izquierdo, así como con la cirugía de Fontan. La cirugía de Fontan ha sido reconocida como un factor de riesgo de accidente cerebrovascular en niños. Se cree que las complicaciones tromboembólicas de la cirugía están mediadas por la enteropatía perdedora de proteínas asociada y el desequilibrio de factores de coagulación, además de la presencia de material protésico y estenosis del conducto quirúrgico.

Desde el punto de vista clínico, las presentaciones más frecuentes fueron infarto de miocardio (36%), isquemia de extremidades (12%), ictus (11%) e insuficiencia cardíaca (7%). Es de destacar que las condiciones asintomáticas, en las que incidentalmente se identificaron trombos, representaron el 23% del total.

En pacientes con infarto de miocardio, los hallazgos de la angiografía fueron trombos y no aterosclerosis. Por tanto, en un paciente que presenta un infarto agudo de miocardio sin aterosclerosis, pero con identificación de trombos, debemos pensar en una consecuencia de la trombosis valvular aórtica.

La cúspide no coronaria fue la más comúnmente afectada, seguida de la cúspide coronaria izquierda y la cúspide coronaria derecha, respectivamente.

En cuanto al diagnóstico, con los avances en la calidad de la imagen, la ecocardiografía transesofágica y la angiografía invasiva de la raíz aórtica tuvieron una sensibilidad del 100% para la detección de trombos en la válvula aórtica. La sensibilidad de la ecocardiografía transtorácica fue del 59% y la de la angiografía coronaria del 29%.

El tratamiento óptimo sigue sin estar claro según la literatura médica. No hay datos suficientes sobre el impacto de la trombectomía quirúrgica temprana y el tratamiento antitrombótico. La trombectomía con catéter puede desempeñar un papel en casos no quirúrgicos.

Los datos actuales revelan que el riesgo de deterioro clínico intrahospitalario es del 38% y la mortalidad hospitalaria global es del 20%. Por tanto, la trombosis de la válvula aórtica nativa tiene un mal pronóstico.

Conclusión:

La trombosis de la válvula aórtica nativa y la trombosis de la raíz aórtica son entidades clínicamente relevantes, especialmente en pacientes que presentan eventos embólicos. Un mayor conocimiento sobre su etiología, diagnóstico y tratamiento es esencial porque esta condición puede estar asociada con resultados desfavorables. Dado que esta afección no es común, es posible que los ensayos aleatorizados no sean factibles.

Esta revisión sistemática puede ser útil para ayudar a la toma de decisiones, además de buscar la opinión de expertos sobre el origen de una fuente cardioembólica y la atención individualizada en esta compleja población de pacientes.