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¿Es la obesidad un factor de riesgo para la estenosis aórtica?
Escrito por
Denis Lopes
Publicado em
10/3/2022
La calcificación valvular es el punto central en la etiopatogenia de la forma más común de estenosis aórtica, la degenerativa. Este proceso tiene varios niveles evolutivos, comenzando por un cuadro de esclerosis valvular, pudiendo llegar incluso a grados avanzados de estenosis aórtica, con repercusiones hemodinâmicas considerable. Se conocen varios factores de riesgo conoocidos que possen impacto directo en esta evolución y en el grado de depósito de calcio, como la hipertensión arterial, la diabetes, el tabaquismo y los niveles séricos elevados de colesterol LDL. ¿Qué pasa con la obesidad y el aumento de lipoproteína (a)? ¿Son también factores de riesgo para la estenosis aórtica?
En un análisis de una población Dinamarqués, los valores altos de IMC y lipoproteína (a) se correlacionaron con la enfermedad cardiovascular en general, aumentando su riesgo en 3,5 veces. Los mecanismos relacionados con las lipoproteínas y esta alta incidencia de enfermedades cardiovasculares están íntimamente ligados al proceso aterosclerótico, influyendo no sólo en la enfermedad coronaria obstructiva, sino también en la degeneración calcificada de la válvula aórtica.
En etapas tempranas, el endotelio que recubre la válvula es lesionado y un proceso inflamatorio localizado conduce al depósito de estas partículas de lipoproteínas. Este proceso inflamatorio conduce a la diferenciación de las células intersticiales en osteoblastos, que a su vez conducen a la calcificación, demostrando que el proceso aterosclerótico puede ocurrir en diferentes topografías, como arterias coronarias, válvulas y endotelio vascular periférico.
El análisis del aumento del riesgo cardiovascular por un IMC alto es multifactorial y varias formas pueden contribuir a estos resultados. La presión arterial elevada e incluso la remodelación ventricular pueden provocar daño endotelial, mientras que existe una fuerte correlación entre la obesidad y los niveles altos de lipoproteínas. Surge así un ambiente propicio para la lesión endotelial y el depósito de partículas con un proceso inflamatorio localizado aún mayor. El sedentarismo asociado a dietas poco saludables también se encuentran entre los factores de riesgo que pueden estar asociados a un IMC elevado y que pueden ser responsables de la progresión de estas patologías cardiovasculares.
Una novedad de esta publicación es que, en un análisis multivariado, se demostró que la obesidad es una variable de riesgo independiente para la enfermedad cardiovascular y la degeneración calcificada, demostrando que pueden existir otros efectos además de los mencionados anteriormente.
Otro aspecto que nos trajo esta evaluación fue la predicción de eventos en 10 años según factores como sexo, edad, IMC y concentración sérica de lipoproteínas. El análisis combinado de todos estos factores nos apunta al peor perfil de riesgo que aumentaría la posibilidad de resultados cardiovasculares negativos hasta en un 14% en estos 10 años.
Este estudio Dinamarqués no encontró una interacción entre la lipoproteína (a) y el IMC en su asociación con la degeneración calcificada de la válvula aórtica. Por lo tanto, la asociación entre lipoproteína(a) alta y estenosis aórtica no se ve afectada por el IMC y viceversa, lo que indica que los mayores riesgos en individuos con lipoproteína(a) alta e IMC alto son aditivos y no sinérgicos.
La comprensión de estas correlaciones y la identificación de nuevos factores de riesgo asociados a las enfermedades cardiovasculares y en especial a los procesos degenerativos que impactan en las válvulas cardíacas es fundamental no solo para proponer terapias profilácticas, sino también para abrir nuevas ventanas de posibilidades terapéuticas, actuando directamente sobre los niveles de IMC. y lipoproteínas, aunque, hasta la fecha, no existe una terapia probada que conduzca a un retraso en el proceso o incluso a la regresión de la aterosclerosis y la calcificación. Ya se han probado fármacos que actúan directamente sobre la reducción de los niveles de lípidos séricos, como las estatinas y el inhibidor de PCSK9, sin encontrar resultados favorables. Asimismo, otros fármacos relacionados con la pérdida de peso tampoco han mostrado beneficios.