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¿Caminar más de 7.000 pasos al día reduce el riesgo cardiovascular?
Escrito por
Denis Lopes
Publicado em
10/3/2022
Es bien conocido el impacto positivo de la actividad física en la salud cardiovascular. Entre otros efectos, el entrenamiento físico puede aumentar la tolerancia a la isquemia, mejorar la función endotelial y disminuir la reactividad plaquetaria, lo que se traduce en una menor propensión a la trombosis 1 , 2 , 3 . Todos estos efectos sumados pueden resultar en una reducción sustancial del riesgo de eventos cardiovasculares isquémicos, además de promover un mejor control de los factores de riesgo, como la hipertensión, el síndrome metabólico y la intolerancia a la glucosa. Así, las guías actuales orientan un mínimo de 150 minutos por semana de actividad física aeróbica de intensidad moderada a alta, como la clase I, para prevenir enfermedades cardiovasculares 4 . Los pacientes con enfermedad cardiovascular establecida también experimentan varios beneficios de la actividad física.
Pero, ¿existe alguna asociación entre la cantidad de ejercicio medido por un acelerómetro y una menor mortalidad? Para responder a esta pregunta, Paluch et al. publicó un interesante estudio en la revista JAMA Network Open 5.
Los investigadores realizaron un estudio de cohorte prospectivo que incluyó a 2110 participantes con edades entre 38 y 50 años, derivado de la base de datos del estudio CARDIA (Coronary Artery Risk Development in Young Adults), y seguido hasta 10 años después de la exposición de interés. Los participantes usaron un acelerómetro, un dispositivo capaz de documentar la cantidad (pasos/día) y la intensidad (pasos/minuto) de la caminata a lo largo del día. Los investigadores encontraron una asociación entre caminar ≥ 7.000 pasos/día y una mortalidad un 70 % menor (índice de riesgo 0,28; IC del 95 %: 0,15-0,54) en comparación con las personas que caminaban <7.000 pasos/día. Aparentemente, caminar > 10.000 pasos/día no se asoció con un beneficio adicional. ¿Cómo deben interpretarse estos datos y cómo influyen en nuestra práctica clínica?
Antes de más nada, el estudio debe interpretarse a la luz de diversas limitaciones.
En primer lugar, el hecho de ser un estudio observacional de cohortes no aleatorizado no permite inferir causalidad, solo asociación . Muchos factores de confusión (enfermedades asociadas, edad, otros hábitos de vida) podrían explicar tal asociación y no solo el número de pasos en sí. El hecho de que la magnitud del efecto sea muy grande también apoya esta posible explicación (una reducción del 70% en la mortalidad con una intervención conductual es extremadamente inesperada e incluso biológicamente inverosímil en medicina). Un segundo punto (aunque los investigadores intentaron ajustar esto) fue que el estudio también puede haber presentado un sesgo de causalidad inversa . Tal situación ocurre cuando la exposición es en realidad el efecto , no la causa , de cierto segundo factor que tiene el vínculo causal real con la mortalidad. Por ejemplo, una persona que se enferma con más frecuencia o que tiene una comorbilidad tenderá a caminar menos. La mayor mortalidad en este caso no se deberá al hecho de hacer menos ejercicio, sino a la enfermedad que redujo la capacidad de ejercicio del individuo, resultando en una asociación espuria (“Mueres más porque caminas menos, o caminas menos porque tienes una enfermedad que te hace morir más”). En tercer lugar, las personas que se adhieren al dispositivo de medición de pasos y brindan información adecuada tienen más probabilidades de estar saludables, por lo que los resultados del estudio no son generalizables a una población general de personas del mismo sexo y edad. Esto se ejemplifica con la muy baja prevalencia de hipertensión (< 20 %) y diabetes (< 10 %) en esta cohorte.
A pesar de todas estas limitaciones, el estudio tiene un mensaje importante para el médico. No importa si el paciente realiza alguna actividad física estructurada (correr, nadar, etc.), lo que importa es probablemente la cantidad de ejercicio aeróbico total durante el día. En segundo lugar, incluso los pequeños incrementos pueden generar grandes cambios. Esto es corroborado por varios estudios previos que muestran que la ganancia en salud es mayor al pasar de un estado sedentario a una actividad física ligera-moderada, que de moderada a intensa 6. Por tanto, podemos decirle a nuestro paciente que cuanto más camine, menos probable es que sufra un problema cardiovascular, ya sea paseando al perro, paseando y subiendo escaleras en el trabajo, o incluso paseando por el barrio disfrutando del paisaje.
REFERENCIAS
- Thompson PD: Exercise prescription and proscription for patients with coronary artery disease. Circulation 2005; 112:2354.
- Gielen S, Schuler G, Adams V: Cardiovascular effects of exercise training: Molecular mechanisms. Circulation 2010; 122:1221.
- Wang JS, Jen CJ, Chen HI. Effects of exercise training and deconditioning on platelet function in men. Arterioscler Thromb Vasc Biol. 1995; 15(10):1668-74.
- Arnett DK, Blumenthal RS, Albert MA, Buroker AB, Goldberger ZD, Hahn EJ, Himmelfarb CD, Khera A, Lloyd-Jones D, McEvoy JW, Michos ED, Miedema MD, Muñoz D, Smith SC Jr, Virani SS, Williams KA Sr, Yeboah J, Ziaeian B. 2019 ACC/AHA Guideline on the Primary Prevention of Cardiovascular Disease: Executive Summary: A Report of the American College of Cardiology/American Heart Association Task Force on Clinical Practice Guidelines. J Am Coll Cardiol. 2019; 74(10):1376-1414.
- Paluch AE, Gabriel KP, Fulton JE, Lewis CE, Schreiner PJ, Sternfeld B, Sidney S, Siddique J, Whitaker KM, Carnethon MR. Steps per Day and All-Cause Mortality in Middle-aged Adults in the Coronary Artery Risk Development in Young Adults Study. JAMA Netw Open. 2021; 4(9):e2124516.
- Sattelmair J, Pertman J, Ding EL, et al: Dose response between physical activity and risk of coronary heart disease: A meta-analysis. Circulation 2011; 124:789.