AVERSIÓN A LA PÉRDIDA: USANDO EL MIEDO DE PERDER A SU FAVOR

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Todas las conductas que tomamos en la vida son basadas en dos principios: o tu quieres ganar algo, o estas con miedo de perder alguna cosa que ya tienes. Hay estudios en el área de la economía que muestran que el miedo de perder es mucho mayor que la voluntad de ganar. Por ejemplo, para una persona que invierte en la bolsa de valores… ¿qué le despierta más emoción? ¿Perder mil reales (moneda de Brasil) o ganar mil reales? Lo que se vio en los estudios es que perder causa más dolor, mucho más sufrimiento que la alegría generada al ganarlos. Eso es un hecho llamado aversión a la pérdida.

Eso es instintivo… ¿sabes el motivo? Es solo pensar en la edad de piedra. Imagina una persona en un bosque que escucha algún ruido. Esa persona no sabe si el ruido fue causado por algo inofensivo como un pájaro o si se trata de un animal peligroso como un león. La persona que tiene más aversión a la pérdida (en este caso, de perder la vida si se tratara del león) saldría corriendo para huir. Si fuera solo un pájaro, eso no tendría generado mayores perjuicios. Pero si de hecho hubiera sido un león, esa conducta hubiera preservado su vida y ahora podría pasar sus genes para sus descendientes. Debido a eso, los genes de los individuos con mayor temor a la pérdida fueron pasados por generaciones.

¿Pero, eso que tiene que ver con la medicina? Probablemente debes recordar de alguna pregunta que fallaste en las pruebas de la facultad o de los exámenes para la residencia médica y que te marcó. Por otro lado, varias de las preguntas que acertaste, a veces hasta de suerte, no las recuerdas tan claramente. ¿Por qué? Aversión a la perdida. Esa pregunta en la que caíste y te hizo perder un punto de la prueba es justamente un gatillante de la aversión a la pérdida.

¿Cómo usar eso a tu favor? Aprovecha el lado bueno de tus errores. Perdiste un punto en la prueba… paciencia. No hay como regresar atrás, pero tienes como usar la aversión a la pérdida, aprovecha el gatillo mental que fue disparado por los genes y asimila ese conocimiento de forma más profunda. Lo mismo ocurre en la practica al pie de la cama del paciente… Estas frente a un paciente con insuficiencia cardiaca descompensada, PA 76x60 mmHg, crees que puedes comenzar un vasodilatador y lo prescribes, pero observas que en poco tiempo la presión cae más y el paciente empeora. Cuando somos estudiantes errores como estos pueden marcarte. Pero, calma. Las equivocaciones forman parte de nuestra formación. Son ellos que van a construir gran parte de tus conocimientos prácticos justamente por el poder de la aversión a la pérdida. Cuando percibes que esa conducta no sirvió, primero recordarás siempre que existe un riesgo de iniciar vasodilatador en ese tipo de pacientes ya hipotensos. Pero también eso puede generar nuevas discusiones sobre el tema con otros médicos que pueden abrir tus ojos sobre otras conductas.

https://www.youtube.com/watch?v=MZaap8SguPc